Bueno, como el mail quedaba muy largo, te dejo los Greatest Hits por aquí!
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Uy doble discazo!
Lo tuve original hasta que lo presté.
Nunca más lo volví a ver. Por suerte (y repeticiones) lo almacené en mi memoria. Aún puedo darle play interno y escucharlo en orden. Sin desperdicio, stay punk.
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Otro discazo!
También lo tuve original. Y también cometí el error de prestarlo.
Por suerte este disco cumplió su utilidad antes de seguir su viaje: adentrarme en el loco mundo de las cabezas parlantes.
No pero en serio, tengo que dejar de prestar discos.
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Bueno, qué decir de Roxette.
Ya saben lo que opino del pop sueco (es el mejor pop del mundo), y Roxette no es la excepción. Además miren el título del disco. Y esa tapa.
Una historia curiosa: tuve este álbum en casete, pero por algún motivo quería mezclarlo con temas de otras bandas. Así que regrababa mis propios compilados de este disco en casetes nuevos, alternaba el orden, metía algún tema de otra banda. Rarísimo. Luego toda mi familia se veía obligada a escuchar estas mezclas en repeat durante esas vacaciones de invierno.
Música de ruta para pasar por todas las emociones, todas buenas.
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Bueno, qué decir de William Onyeabor.
Ya saben lo que opino del funk nigeriano (es el mejor funk del mundo), y Onyeabor no es la excepción. Además miren el título del disco. Y esa tapa.
Otra historia curiosa: William Onyeabord era un empresario nigeriano, que además tenía facilidad para la música. William usaba sus riquezas para adquirir tremendos sintetizadores y grabarse en su propio estudio. Luego de sacar por su cuenta 7 discos… el tipo desapareció.
En el 2007 un blogger se encontró con su música, y le propuso a una discográfica hacer un lanzamiento. Para eso tenía que conseguir la autorización de WIlliam, y nadie sabía su paradero.
El blogger estuvo buscando a William durante cinco años. ¡Cinco años! Hasta que lo encontró: había estado viviendo las últimas décadas como mormón. William había cambiado los sintetizadores por una Biblia.
Yo lo conocí en la batea de discos de vinilo. Me llamó la atención y sin saber absolutamente nada, lo compré.
Y vaya sorpresa me encontré.
Este compilado de tres! discos es una obra de arte. Quizás dejo unas fotos para que lo vean. En fin, más que una compra fue una estupenda inversión.
Me gustaría creer que cuando lo encontraron y le preguntaron si él era William Onyeabord, él respondió “¿Y quién demonios es ese William Onyearbor?”. Y eso inspirara el nombre de este compilado.
Escuchá la canción “Atomic Bomb” y que eso diga todo.
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